Fisioterapia y Rehabilitación Equina

Los caballos son deportistas y como todo deportista requieren un apoyo fisioterapéutico para alcanzar el máximo rendimiento.

 La fisioterapia  equina surge como un complemento de la medicina deportiva para mejorar la capacidad de reparación de los tejidos y devolver la funcionalidad a los animales lesionados.

La creencia de que el reposo absoluto en la cuadra o “el campo” son capaces de curar todas las lesiones, se encuentra obsoleta en un mercado cada vez más competitivo y exigente.  Hoy en día es necesario realizar una rehabilitación dinámica que permita acortar el tiempo de inactividad deportiva del animal y disminuir la probabilidad de que se vuelva a lesionar.

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La fisioterapia equina

La fisioterapia se define como la ciencia de la prevención y del tratamiento de lesiones músculo-esqueléticas por medio de agentes físicos. Las herramientas con las que trabaja son variadas y pueden agruparse en electroterapia, terapia manual y técnicas de ejercicio terapéutico.

Los caballos de deporte han sido los principales motores de la evolución de la fisioterapia veterinaria en todo el mundo; su aptitud deportiva les predispone a sufrir lesiones, que se traducen en cojeras y pérdidas de rendimiento que no siempre responden al tratamiento con los métodos convencionales veterinarios.

De la misma manera, las exigencias de la competición actual invitan a la incorporación de terapias de prevención de lesiones y de acondicionamiento físico en los programas de entrenamiento; así, sesiones de magnetoterapia, hidroterapia, masajes, osteopatía, se convierten en rutinarias en las cuadras de caballos de deporte.

Por todo esto, cada vez más se reconoce que un enfoque integrado de la cirugía, la medicina veterinaria y la fisioterapia es el camino del futuro en la prevención, diagnóstico y tratamiento de las lesiones; la combinación de técnicas fisioterapéuticas  junto con las técnicas de medicina veterinaria convencional incrementa notablemente las probabilidades de éxito.

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El caballo es un deportista

Para comprender el papel de la fisioterapia en el entrenamiento del caballo basta con crear una similitud con un atleta; el caballo, al igual que un deportista, realiza un entrenamiento habitual, cuyo objetivo es en muchas ocasiones la competición, y al igual que un deportista  requiere de un apoyo fisioterapéutico para lograr su máximo rendimiento y para prevenir lesiones.

Así, si un futbolista sufre una lesión, no se le encierra en su cama con antiinflamatorios durante varios meses, sino que se somete a un tratamiento  (médico o quirúrgico) y después se le aplica un programa de rehabilitación fisioterapéutica para la recuperación de la lesión y el mantenimiento de la capacidad cardio-respiratoria.

En cambio, en el caso de los caballos, a menudo se aplica un tratamiento a la lesión y después se indica que el caballo permanezca en reposo o bien que pasee durante algunos minutos al día, y que progresivamente vaya aumentando el trabajo, pero sin pautas específicas.

Durante este tiempo el caballo se está rehabilitando; es la fase más importante de toda la recuperación de la lesión ya que su rendimiento deportivo post-lesión dependerá de cómo se maneje esta etapa, y una inadecuada rehabilitación indudablemente acaba en una mala recuperación y una recidiva de la lesión. A pesar de esto, la rehabilitación es la fase a la que menos atención le suelen prestar tanto veterinarios como jinetes, y de ahí que las lesiones se repitan.

La fisioterapia es capaz de establecer un programa de rehabilitación adecuado y específico para cada caballo y cada lesión logrando la mayor funcionalidad del segmento lesionado. Es importante señalar que la fisioterapia es un complemento al tratamiento médico o quirúrgico y nunca una alternativa; el trabajo en equipo de veterinarios y fisioterapeutas resulta esencial.

Hoy por hoy no es cuestionable la importancia de la figura del fisioterapeuta en el deporte, y poco a poco los jinetes se van mentalizando de las ventajas de que su caballo cuente con este tipo de apoyo, ya sea para la prevención o para el tratamiento de las lesiones.

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 Beneficios de la fisioterapia equina

Las técnicas fisioterapéuticas se deben aplicar siempre bajo supervisión veterinaria y con un diagnóstico veterinario previo; entre sus ventajas destaca el hecho de que no son invasivas, no requieren de farmacología y dado que no presentan efectos negativos, rara vez están contraindicadas.

Los beneficios que aporta la fisioterapia equina en el campo del tratamiento de lesiones músculo-esqueléticas son numerosos; se obtienen menores tiempos de convalecencia, se controla el dolor y la inflamación sin necesidad de fármacos, se evita la atrofia muscular  por desuso (frecuente tras largos períodos de reposo) y se mejora la reparación tisular. Todo esto se traduce en una pronta recuperación de la funcionalidad y del rendimiento, y una disminución de la probabilidad de recidivas de la lesión.

La eliminación del dolor, el reestablecimiento del rango de movimiento, la mejora de la calidad del tejido cicatrizal, la prevención de lesiones y la optimización del potencial físico y deportivo, son algunos de los objetivos del trabajo fisioterapéutico, aplicados siempre bajo supervisión veterinaria.

Técnicas aplicadas en fisioterapia equina

La mayoría de técnicas empleadas en fisioterapia humana se aplican a caballos con ligeras modificaciones. En general, se clasifican en:

  1. Terapia Manual

Incluye técnicas de masaje, estiramientos, movilización pasiva de miembros y cuello, movilización activa del dorso a través de la estimulación refleja, ejercicios flexibilizantes, masaje transverso y profundo (técnica de Cyriax), acupresura, desactivación de puntos gatillo (técnica de Jones, técnica de Travell), técnicas miofasciales, manipulaciones  para la recuperación del rango articular (osteopatía, quiropraxia), terapia craneo-sacral…

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  1. Electroterapia

La electroterapia se define como la aplicación de la electricidad con fines terapéuticos. Algunos de los equipos que se emplean en rehabilitación equina son:

– TENS / EMS

– corrientes interferenciales, rusas, galvánicas (iontoforesis)

– electroestimulación funcional (FES)

– ultrasonido

– LASER

– magnetoterapia

– diatermia (termoterapia profunda), fotónterapia, infrasonido…

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  1. Ejercicio terapéutico (rehabilitación dinámica)

Una vez determinada la causa de la lesión y eliminado el componente doloroso de la misma, el objetivo será reestablecer la funcionalidad fisiológica del área dañada y del caballo en su conjunto, minimizando el riesgo de recidiva. Con este fin, se diseñan programas de rehabilitación específicos para cada caballo, que conjugan el trabajo activo con movilizaciones pasivas.

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Por lo general el reposo absoluto, salvo en casos de fractura o lesión tendinosa severa, resulta contraproducente; un caballo confinado en un box desarrolla atrofias musculares por desuso, rigidez articular y reducciones de la movilidad segmentaria que no hacen más que enlentecer el proceso de recuperación funcional. La pérdida de la capacidad cardio-respiratoria secundaria al reposo, dificulta la vuelta al entrenamiento y alarga los tiempos de convalecencia.

En los casos en los que la lesión lo permita es fundamental instaurar un programa de rehabilitación individualizado que combine trabajo activo y pasivo, siempre supervisado por el veterinario.

Sin embargo, cualquier tipo de ejercicio no es adecuado, y así cada caballo requiere el diseño de un plan de rehabilitación específico, que se adapte a su lesión y condición física. Un programa de trabajo controlado, diseñado para la rehabilitación de un caballo lesionado, debe ser revisado periódicamente y modificado en función de la mejoría que presente, hasta la completa recuperación de la lesión. En este punto la colaboración del jinete/entrenador es de vital importancia.

En función de la lesión se elegirá un método u otro, o bien se combinarán varios. Las terapias dinámicas con las que contamos pueden dividirse en terapias en superficie y terapias acuáticas.

– Terapias en superficie: trabajo a la cuerda, riendas largas, ejercicio propioceptivo, treadmill seco, trabajo montado.

– Terapias acuáticas: en semiflotación (treadmill acuñatico) y en flotación completa (natación).

 

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