Cojeras en el caballo: la importancia del diagnóstico

Las cojeras son alteraciones del patrón biomecánico normal del caballo debido a un desorden funcional o estructural del aparato locomotor; es la manera que tiene el caballo de minimizar un dolor en movimiento o bien una limitación funcional. Debemos estar atentos a este tipo de alteraciones ya que en algunos casos son poco evidentes y el identificarlas a tiempo puede evitar muchos problemas futuros.

Existen cojeras de distintos tipos y en diferentes localizaciones pero básicamente pueden clasificarse:

– según su origen: dolorosas, mecánicas, neurológicas o mixtas

– según su localización: miembro anterior, miembro posterior, bilateral o múltiple.

– según su manifestación: de apoyo, de avance o mixta

A la hora de realizar el diagnóstico el veterinario debe ser exhaustivo y metódico siguiendo una serie de pasos que permitan determinar con precisión dónde se encuentra el problema y qué tipo de lesión es.

En Equidinamia realizamos el diagnóstico de cojeras en base a los siguientes puntos:

  1. Anamnesis: comprende la recogida de datos referente a la historia clínica del caballo. Toda esta información la debe facilitar el propietario o jinete habitual del caballo.
  2. Observación: se realiza una observación general del caballo, evaluando su conformación, aplomos, desarrollo muscular, posibles asimetrías, atrofias, posturas antiálgidas (posturas que adopta el caballo para minimizar un dolor, por ejemplo adelantando un miembro).
  3. Palpación: se realiza una palpación completa del caballo, es decir, no solo el miembro sospechoso sino todo el animal, incluyendo dorso, cuello y región de la grupa. Esta palpación incluye una evaluación de la temperatura local (con termómetro infrarrojo si es necesario), determinación del tono muscular, detección de puntos de dolor en tendones y ligamentos, movilización pasiva articular y global de todo el miembro, evaluación de la posible presencia de edema, bursitis, distensión articular, movilización del cuello y de la columna por medio de reflejos.
  4. Evaluación dinámica: el caballo se evalúa en movimiento en línea recta, al paso y al trote, y en círculo en los tres aires; además si es necesario se evalúa también montado. En este punto es importante realizar una evaluación del equipo (ajuste de la montura al dorso, embocadura, ayudas auxiliares). Esta parte del examen permite determinar si el caballo presenta alguna alteración en su movimiento, que no necesariamente tiene que ser una cojera. Si existe además una cojera podremos identificarla evaluando la amplitud del tranco del miembro, el balanceo de la cabeza o un movimiento asimétrico de la pelvis, entre otros
  5. Test de flexión: este tipo de pruebas se realizan para someter a las estructuras articulares y periarticulares a una tensión que permita exacerbar la cojera. Para ello se toma la extremidad que se quiera evaluar y se realiza una flexión forzada de la región en cuestión durante 30-60 segundos (según la zona que se trate), tras los cuáles se pide que el caballo salga al trote y se evalúa su respuesta; se considera que el resultado es positivo si el caballo presenta una cojera mayor y persistente durante algunos trancos.
  6. Bloqueos anestésicos: es el método más eficaz con el que cuenta el veterinario para determinar en que región se encuentra el dolor que provoca la cojera. Esta prueba consiste en ir inyectando una solución anestésica (generalmente mepivacaína) alrededor de los nervios para ir anestesiando zonas y comprobando si el dolor y el grado de cojera disminuye. Para ello el veterinario debe tener conocimientos anatómicos que le permitan identificar el recorrido de los nervios y la inervación de las distintas estructuras. Una vez determinada la zona de dolor se pueden realizar (en días diferentes) los bloqueos intra-articulares, es decir, inyectando anestésico dentro de una articulación (también en vainas y bursas) y evaluando la respuesta posteriormente, lo cual permite afinar mucho más con el diagnóstico
  7. Diagnóstico por imagen: es el último paso en el diagnóstico de una cojera y se realiza una vez que se ha identificado la zona problema. Los métodos de diagnóstico más empleados debido a su portabilidad son la radiología y la ecografía, pero también son muy valorados la resonancia magnética y la gammagrafía.

Cuando existe una cojera o alteración locomotora es fundamental que tanto veterinarios como propietarios busquen un diagnóstico preciso y certero; la aplicación de terapias antiinflamatorias y la indicación de reposo absoluto sin contar con un diagnóstico definitivo no sólo no llevan a la curación de la patología sino que además pueden agravarla.

Palpación de cuello
Palpación de cuello
Evaluación ecográfica
Evaluación ecográfica
Palpación de los miembros
Palpación de los miembros

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