· El ajuste de la montura al dorso del caballo I: evaluación estructural

El ajuste adecuado de una montura es tan importante para un caballo como lo es para un atleta que sus zapatillas le queden cómodas; así esta parte del equipo ejerce gran influencia sobre el rendimiento deportivo del caballo y sobre su comportamiento. De hecho, el incorrecto ajuste de la montura al dorso del caballo es uno de los principales factores a considerar cuando existen indicios de dolor de dorso, por lo que si queremos prevenir problemas debemos asegurarnos de que la montura que usamos es la adecuada para nuestro caballo.

A menudo resulta difícil para el jinete detectar si el caballo está sufriendo dolor de dorso debido a la montura, ya que los signos clínicos pueden resultar inespecíficos y suelen confundirse con muestras de mal comportamiento.

Es fundamental tener en cuenta que NO todas las monturas sirven para todos los caballos, que cada dorso es diferente y que si queremos evitar lesiones y que nuestro caballo trabaje cómodo y pueda rendir al máximo debemos proporcionarle una montura que se ajuste a su morfología y no le genere incomodidad.

Otro punto importante es el tema de los protectores de dorso que no deben utilizarse sin criterio, ya que no siempre mejoran el ajuste de la montura sino que también pueden empeorarlo; especialmente en el caso de sillas que resulten pequeñas para el dorso del caballo o que generen puntos de presión, el hecho de colocar un protector lejos de amortiguar el peso generará más presión. Para entender esto pongamos un sencillo ejemplo, si un zapato te resulta cómodo y es de tu talla, no necesitas colocarte varios calcetines para ir más mullido; si te colocas varios calcetines gordos (similar a un protector) el zapato te apretará y no te permitirá moverte bien, lo mismo ocurre cuando colocamos excesivo almohadillado debajo de una montura.

Signos asociados a un incorrecto ajuste de la montura

–        Sensibilidad al cepillado en la zona del dorso

–        Reacciones violentas al ser ensillado y cinchado (se mueve, muerde, patea, sacude la cola…)

–        Dificultad para quedarse quieto cuando el jinete se sube

–        Rozaduras sobre la cruz (pelos blancos, heridas)

–        Áreas edematosas o con efusión bajo la montura

–        Marcas de fricción en el pelo

–        Cicatrices y regiones de piel engrosada

–        Sensibilidad al tacto en la zona de la cincha

–        Falta de desarrollo muscular en el dorso (atrofia por presión de la montura)

Evaluación de la montura

La evaluación de la montura se realiza en tres fases: valoración estructural, examen estático sobre el caballo y evaluación dinámica.  

  1. Evaluación estructural de la montura

Para llevar a cabo esta primera parte de la evaluación es necesario contar con un caballete firme donde poder apoyar la montura y evaluarla cómodamente.

–        Estado del fuste: el fuste o armazón es la estructura interna de la montura y es el principal componente que condiciona su ajuste, por lo que debe estar en perfectas condiciones. Así todas las monturas, nuevas o de segunda mano, deben examinarse para determinar si el armazón está intacto, débil o roto.

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–        Estado del baste: el baste es la parte de la montura que contacta directamente con el caballo, en dos partes separadas por el canal. El relleno del baste varía en función del tipo de montura y fabricante (lana, material acrílico, pelo de caballo, gomaespuma, aire…) pero es fundamental que este material se encuentra bien distribuido de manera simétrica, para evitar puntos de presión sobre el dorso del caballo.

Prueba del pellizco que sirve para evaluar el estado del relleno del baste
Prueba del pellizco que sirve para evaluar el estado del relleno del baste

 

–        Evaluación del asiento: el asiento es fundamental para un adecuado posicionamiento del jinete en la montura. La localización ideal para el punto más bajo es el centro de la silla; si está desviado producirá un mal reparto del peso del jinete.  Para evaluar el punto declive del asiento colocamos un objeto redondo sobre el mismo con la montura bien equilibrada en un caballete y observamos en qué lugar queda el objeto en equilibrio.

–        Anchura del canal: el canal determina cuanto espacio tiene el caballo para mover su columna. Un espacio uniforme de no menos de 6 cm ni más de 9cm es lo ideal (unos 3-4 dedos); si el canal es demasiado estrecho, restringirá el movimiento de la columna y creará puntos de gran presión y dolor; si es muy ancho, puede permitir que la montura toque a columna y se apoye sobre ella, especialmente en caballos poco musculados. Un canal que no es uniforme provocará que la montura se ladeé y por lo tanto resultará en un jinete desequilibrado.

canal estrecho
canal estrecho

 

 –        Evaluación de la simetría: la montura ideal debe ser totalmente simétrica vista desde cualquier ángulo, y no sólo en cuanto a su estructura, sino que también  los faldones, rodilleras, costuras, latiguillos, deben presentar la misma forma y localización a ambos lados para evitar desequilibrios al jinete y lesiones al caballo.

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–        Lectura del sudadero: este paso se realiza evaluando un sudadero que únicamente haya usado el caballo en cuestión y que lleve bastantes días de trabajo. Debemos observarlo cuidadosamente por la parte que contacta con el dorso del animal, en busca de asimetrías en la distribución de manchas de sudor y pelos entre un lado y otro, lo que indicaría diferencias en la presión de la montura. Esto puede ser debido a una montura asimétrica,  bastes con un almohadillado deficiente y mal repartido o bien a una postura desequilibrada del jinete.

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