DECÁLOGO DEL CORRECTO MANEJO DEL DEPORTISTA EQUINO

 

1. Disminuir al máximo las horas de inactividad del caballo

  • La actividad continuada a muy baja intensidad es el mejor tratamiento preventivo de las patologías articulares degenerativas.
  • La carga articular en movimiento y la propiocepción que aporta el constante desplazamiento son un “seguro de vida” en lo que a prevención de lesiones se refiere.
  • Se debe evitar totalmente la permanencia de potros y caballos jóvenes dentro de boxes por ser la inactividad absolutamente perjudicial para todas las estructuras que se encuentran en desarrollo.
  • El mito de que los caballos en el campo se estropean debe ser desterrado. Los riesgos de estar sueltos no son mayores a los de la inactividad a medio plazo.

2. Aumento del entrenamiento base para la práctica de cualquier disciplina.

  • Un buen estado cardiorespiratorio, un buen tono base, coordinación y una buena flexibilidad son factores necesarios para el desempeño de cualquier disciplina.
  • Al menos 2 días en semana deberían ir destinados a este tipo de ejercicio que facilitará la práctica del entrenamiento específico.

3. Selección física del caballo según la disciplina y nivel.

  • La conformación del caballo aporta datos sobre su aptitud deportiva y sobre la predisposición a lesiones.
  • Cuando se selecciona un caballo para una disciplina los rasgos conformacionales deben tenerse muy cuenta si se pretende lograr un rendimiento óptimo del mismo, ya que hay conformaciones que no son adecuadas para determinadas disciplinas ecuestres.

4. Control de la alimentación

Las pautas de alimentación deben ser establecidas en función de la exigencia deportiva, y siempre siguiendo unas normas básicas en cuanto al número de tomas de concentrado y forraje, agua a disposición permanente, equilibrio de minerales y aminoácidos necesarios para el correcto funcionamiento del organismo, niveles de energía en función del gasto etc.

5. Correcto ajuste de los equipos (embocadura, montura, cincha, ayudas auxiliares).

6. Fomento de la motivación del caballo

Basándose en el principio de “Mens sana in corpore sano”, a través de:

  • Sociabilización
  • Estancia al aire libre el máximo tiempo posible
  • Variación en el entrenamiento

7. Complemento del entrenamiento

El trabajo pie a tierra siempre debe incluirse en los programas de entrenamiento para favorecer el desarrollo de la musculatura paravertebral.

8. Limitación del uso de antiinflamatorios

No debemos medicar a los caballos sin un diagnóstico veterinario, especialmente con determinados fármacos que pueden resultar nocivos si no se controlan las dosis y vías de administración. Tampoco se debe abusar de las infiltraciones con antiinflamatorios cuando hay una lesión ya que estaremos enmascarando los signos clínicos y no resolviendo la patología.

9. Apoyo veterinario y fisioterapéutico antes, durante y después de la competición.

Prevenir mejor que curar, no esperemos a llamar a un profesional cuando el daño ya está hecho. Revisar los caballos periódicamente puede evitar muchos disgustos.

Además, con la misma idea de la prevención de lesiones, el jinete puede aprender a estirar a su caballo y hacerlo después de trabajar, igual que debería estirar él mismo tras la monta.

10. Profesionalización del sector.

Educar al jinete como un deportista, formarse y entrenarse más allá de la técnica/disciplina que vaya a practicar, para que aprenda a manejar a su caballo como el deportista que es y se eviten errores de manejo y entrenamiento que tarde o temprano dan lugar a lesiones y pérdidas de rendimiento deportivo.